Marysoul yoga es el primer centro donde se puede practicar esta disciplina holística junto a gatos. Sí, así es, en medio de felinos en una sala hecha a su medida. Pero lo más bonito, además del ronroneo de estos peludos cuadrúpedos, es que los gatos de este centro de yoga son todos adoptables. Así que si te enamoras de un gatito entre postura y postura, puedes pedir que te lo adopten.
La idea surgió de Eleonora Coco, la propietaria del centro que, además de amar con locura el yoga, es una apasionada de los gatitos. Tanto que decidió combinar sus dos pasiones y dar vida a este lugar de bienestar para el cuerpo, el corazón y el espíritu. La inspiración fue Musa, su gatita, mimada y querida por los alumnos de Eleonora cuando acudían a su casa para recibir clases de yoga. Dado el amor que mostraba por la gatita Ele Think, como ella misma se llama, Eleonora decidió crear un centro donde yoga y gatos pudieran convivir.
El centro de yoga con gatos de Milán
Marysoul yoga, pues, no es sólo un centro en el que aprender la práctica del yoga y obtener todo el beneficio que ello conlleva. También es el lugar donde redescubrir los beneficios de la terapia con mascotas. A veces subestimada, es realmente poderosa. Ayuda, fortalece, enriquece y se dice que los gatos absorben la energía negativa y liberan la positiva. Pero todos los animales en sí mismos son capaces de dar tanto que ni siquiera podemos imaginar si no lo experimentamos nosotros mismos.
Ele think lo atestigua directamente:«mucha gente viene y dice: entro en esta habitación y todo desaparece«. Ella misma es un brillante ejemplo de un bienestar reencontrado, para sí misma y para su cuerpo sufriente, que ha vuelto a brillar gracias a este curso de yoga que ha emprendido, como podemos leer en su página web. Del dolor de un cuerpo que la limitaba y la hacía sufrir a una nueva vida, más radiante y en armonía.
¿Y si soy alérgico? Una pregunta más que justa. En Marysoul, todo el mundo puede practicar yoga. La presencia de gatos se limita a una sala, pero hay otra en la que se pueden hacer clases sin felinos para quienes puedan sufrir alergias precisamente, o les disgusten. Es difícil imaginar a alguien que no ame a los animales, pero existe. ¿Y tú? ¿Lo probaría?
Dónde: Via Antonio Panizzi, 6.