
Si está a la caza de destinos poco conocidos para sus próximas vacaciones, le descubrimos un lugar encantador. Hablemos de Burgau, apodada la «Santorini de Portugal». Se trata de un pequeño pueblo de pescadores con vistas al Atlántico, situado en el Algarve occidental, a unos 20 minutos de Lagos. La comparación con la isla griega viene dada por las callejuelas blancas, las casas encaramadas a los acantilados y la impresionante vista del mar cristalino, que hacen de Burgau un destino encantador y todavía auténtico, lejos de las multitudes del turismo de masas.
La oferta de Burgau
Estarás pensando:«¡pero si desde Milán el vuelo directo a Santorini dura menos de tres horas!». Sí, pero Santorini, sobre todo en agosto, es bastante caro; por supuesto, no cuestionamos su belleza, aunque a veces, un lugar menos conocido puede depararle agradables sorpresas…
Burgau es conocida por su solitaria y tranquila playa, ideal para los que buscan relax, aguas cristalinas y arena dorada. Incluso en temporada alta, conserva un ambiente relajado y familiar, con una buena selección de pequeños restaurantes y chiringuitos, perfectos para degustar pescado fresco y platos típicos portugueses. Además del mar, se pueden practicar deportes náuticos y hacer excursiones a los alrededores, como Lagos y Sagres.
Cómo llegar a Burgau desde Milán
Desde Milán, se puede volar directamente a Faro con Ryanair u otras aerolíneas de bajo coste. En verano, los precios de un vuelo de ida y vuelta oscilan de media entre 120 y 250 euros por persona, pero si se reserva con antelación se pueden encontrar ofertas incluso por debajo de los 100 euros.
Para el traslado de Faro a Burgau, puede alquilar un coche en el aeropuerto (1h 10 min); o tomar un taxi (más caro). No recomendamos tomar el tren en combinación con el autobús porque alarga la duración del viaje.
En temporada alta, una habitación doble en una pensión, B&B u hotel pequeño ronda los 80-120 euros por noche.
En resumen, si no quiere gastar mucho, reservar con antelación también le permitirá disfrutar de sus vacaciones sin demasiados sacrificios.