
Un proyecto podría revolucionar el transporte futuro en Europa… una buena noticia incluso para los que no les gusta volar. Pero sería mejor utilizar el futuro (no el amor), ya que tendríamos que esperar años para verlo hecho realidad. Digamos algo bueno para los niños de hoy, que dentro de muchos años podrán coger el tren de Milán a Lisboa y más allá…
El proyecto del centro de investigación 21st Europe
La red Starline de 21st Europe prevé conectar 39 ciudades europeas, con líneas que llegarán también al Reino Unido, Portugal y España. En Italia, sobre todo desde Milán, parten varios trenes de alta velocidad, pero esta propuesta anunciada recientemente prevé un plan más ambicioso de conexiones ferroviarias: sería una red ferroviaria de alta velocidad similar a un metro.
Denominada Starline, pretende superar la lentitud de algunas conexiones ferroviarias y competir con el transporte aéreo. El vuelo Milán-Lisboa dura actualmente tres horas, pero hay que calcular también el tiempo que se tarda en llegar al aeropuerto y pasar los controles. Se calcula que con Starline el transporte será un 30% más rápido que con el actual transporte sobre ruedas y ferrocarril, con trenes que circularán a 300-400 km/h.
«Diseñado como un metro, [Starline] cambia la forma en que los europeos perciben su continente: no como un conjunto de capitales distantes, sino como una red única y rápida en la que todos los enlaces, tanto para personas como para mercancías, son fácilmente accesibles«, explica a Euronewselthink tank. dice el think tank a Euronews.
Cuando esté operativa
21st Europe aspira a que la red esté operativa a finales de este siglo, pero la construcción de un sistema de estas características a escala europea requiere la colaboración entre los distintos gobiernos de los países implicados y cuantiosas inversiones.
El diseño del tren
21st Europe propone un diseño unificado, esencial según ellos para una red transfronteriza. Trenes azules, vagones no divididos por clases sino por necesidades, por ejemplo zonas familiares.
Las nuevas estaciones se construirán a las afueras de las grandes ciudades con conexiones y se convertirán en centros culturales con restaurantes, tiendas y zonas de espera bien diseñadas, así como salas de conciertos, museos, instalaciones deportivas y espacios para eventos.