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¡La primavera milanesa se tiñe de lila! Entre abril y mayo, las glicinias en flor ofrecen un espectáculo impresionante, transformando rincones de la ciudad en paraísos perfumados. Estas enredaderas, con sus racimos colgantes, crean escenas de cuento de hadas que captan la atención de milaneses y turistas por igual.
¿Está listo para sumergirse en la magia de la primavera y explorar los lugares más bellos para admirar la glicinia de Milán en todo su esplendor? La ciudad esconde sorprendentes rincones de naturaleza y descubrir estos tesoros botánicos le permitirá ver la capital lombarda bajo una luz totalmente nueva.
He aquí nuestra selección de 10 lugares imperdibles que son también una excusa para pasear por las calles de Milán.
Jardín Botánico de Brera
El Jardín Botánico de Brera está situado en el corazón de Milán. Encargado en 1774 por la emperatriz María Teresa de Austria, estuvo abandonado durante muchos años. Después, gracias a la Universidad de Milán, fue restaurado y abierto al público en 1998. Ahora forma parte de la estructura de la Universidad Estatal: el Museo Astronómico-Jardín Botánico de Brera. En el jardín (de 5.000 metros cuadrados) hay unas 300 especies botánicas, el invernadero y el tanque del siglo XVIII con nenúfares e iris.
Dónde: Via Brera 28, Via privata F.lli Gabba 10, 20121, Milán.
La glicinia de Leonardo
Situada en el barrio de Scalo Romano, es una auténtica joya botánica de Milán. Con más de 715 años, está considerada una de las glicinias más antiguas de Italia. Esta majestuosa glicina tiene una conexión especial con Leonardo da Vinci, a quien le encantaba pasar el tiempo meditando bajo sus ramas. Se dice que fue aquí donde el genio encontró la inspiración para el proyecto de Navigli encargado por Lodovico il Moro. El patio abierto le permitirá disfrutar plenamente de su belleza, sumergiéndole en una atmósfera casi atemporal.
Dónde: Via Bernardino Verro, 2, 20141 Milán.
Via Mario Pagano
A tiro de piedra del Parco Sempione, podemos admirar las glicinias en flor de la ciudad. Si le apetece hacer fotos primaverales, nuestro consejo es que se dirija aquí. No se arrepentirá…
Jardines Perego
Se trata de un pequeño parque en el que leer un buen libro se convierte en toda una emoción. Los Jardines Perego son muy tranquilos y limpios. En 1934, estuvieron en peligro de desaparecer por completo debido al plan urbanístico, pero más tarde se salvaron en parte gracias a la intervención del arquitecto De Finetti.
En las rutas de senderismo también encontrará varias estatuas. Las glicinas de este parque tienden a florecer un poco más tarde debido a la falta de exposición al sol.
Dónde: Via dei Giardini, 7/9, 20121 Milán.
Patio de la tienda de bicicletas Rossignoli
En el corazón palpitante de Milán, en Corso Garibaldi, se esconde un auténtico túnel de glicinas. El segundo patio de la histórica tienda de bicicletas Rossignoli acoge un espectáculo floral que le dejará sin aliento . Aquí, las glicinias crean una cubierta natural que envuelve todo el patio, proporcionando una agradable sombra y una atmósfera casi mágica. Los tonos púrpuras de las flores, combinados con su embriagador aroma, convierten este espacio en un oasis de tranquilidad en medio de la bulliciosa ciudad.
Mientras admira este espectáculo de la naturaleza, puede que también sienta la tentación de alquilar una bicicleta para explorar Milán sobre dos ruedas, ¡quizás en busca de otros rincones floridos!
Dónde: Corso Garibaldi, 71, 20121 Milán.
Instituto Cervantes de Milán
En pleno centro histórico de Milán, el Instituto Cervantes guarda un secreto floral realmente único. Una antigua glicinia se ha apoderado literalmente del edificio, creciendo tanto en el interior como en el exterior. Lo que hace especialmente fascinante a esta glicinia es la forma en que se conservó durante la restauración del palacio. Los arquitectos mostraron un gran respeto por esta planta centenaria, adaptando el proyecto de renovación para permitir que la glicinia siguiera creciendo libremente.
Dónde: Via Zebedia, 5, entrada, Via Achille Mauri, 2/A, 20123 Milán.
Via Rovani
En la esquina de Via Sebeto y Via Rovani, una majestuosa glicinia adorna un elegante edificio Art Nouveau, creando una unión perfecta de belleza arquitectónica y natural. Los delicados racimos lilas se entrelazan armoniosamente con la elaborada decoración de la fachada, creando un efecto visual realmente impactante. Este lugar es perfecto para un relajante paseo, que le permitirá admirar no sólo las glicinas, sino también los espléndidos ejemplos de arquitectura Art Nouveau que caracterizan la zona. ¿Está listo para hacerse el selfie más bonito de la temporada?
Viale Elvezia
Frente a la Arena de Milán, encontramos este espectáculo de la naturaleza…
Cassina de’ Pomm
No está justo en el centro, pero quienes vivan en el norte de Milán (Cassina de Pomm) podrán admirarla. La granja más antigua de Milán está cubierta de hermosas glicinas. Es precioso el paseo por el Naviglio, donde el ambiente es relajante en primavera.
Dónde: Via Melchiorre Gioia, 194, 20125, Milán.
Teatro del Parque Norte
El Teatrino del Parco Nord es un ejemplo perfecto de cómo la naturaleza puede reapropiarse de espacios que antes eran industriales, transformándolos en lugares de belleza y relajación. Esta estructura, que fue un puente grúa de Breda Aeronautica, está ahora completamente envuelta en glicinas en flor. Además de ser un lugar perfecto para admirar las glicinas, el Teatrino acoge a menudo espectáculos musicales, teatrales y de danza. Es fácilmente accesible en transporte público (tranvía 11, autobús 42 o 51) y la entrada más cercana está en Viale Suzzani.
Este lugar encarna a la perfección la capacidad de Milán para reinventarse, transformando su pasado industrial en espacios verdes y culturales para los ciudadanos.
Dónde: Parco Nord Area Teatrino, Milán.