A poca distancia del bosque sumergido, se puede ir a descubrir un lugar encantador: Baia del Bogn.
A una hora y media de Milán, en coche, se puede fingir que se está de vacaciones. ¡Este lugar es paradisíaco! La Baia del Bogn es el resultado de la acumulación de sedimentos marinos en la antigüedad, la posterior transformación en rocas calizas y dolomíticas, y la acción erosiva de los glaciares y las aguas que esculpieron la costa durante las glaciaciones.
Este lugar se encuentra en la zona de Riva di Solto, en el lado bergamasco del lago de Iseo. La bahía cuenta con pequeñas playas de guijarros y zonas llanas de hierba ideales para tomar el sol.
Es posible bañarse en las frescas aguas del lago, con la debida precaución, sobre todo en las zonas de las pequeñas playas y cuevas escondidas a lo largo de la bahía. La playa es principalmente soleada por la mañana, mientras que por la tarde suele estar a la sombra. El inconveniente se refiere a los aseos: sólo hay un WC químico.
En el lugar hay un quiosco, con mesas y sillas, que ofrece bocadillos, pinsa, ensaladas, bebidas frías y helados.
A la Baia del Bogn se llega fácilmente desde Riva di Solto dando un agradable paseo a lo largo del lago, y ofrece la posibilidad de relajarse y bañarse en un pintoresco entorno natural. El aparcamiento recomendado está en Via Porto, si viene de Milán, lo encontrará a la derecha. Tenga cuidado de no equivocarse, porque entonces no es fácil dar la vuelta.
La entrada es gratuita y las vistas son una locura. Muchos deciden llegar por el lago, en canoa, barca o kayak para zambullirse en el agua esmeralda.
El lugar puede visitarse con buen tiempo para disfrutar de sus aguas, pero olvídese de tumbonas y sombrillas, la zona es salvaje.